jueves, 9 de febrero de 2012

Hace menos de 20 años el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos de golpe retiró los fondos para la organización de una conferencia sobre genética y crimen debido a las protestas que se alzaron indignadas aduciendo que la idea contenía cierto tufillo a eugenismo. El presidente de la Asociación de Psicólogos Negros del momento declaró que semejante investigación era en sí misma “una forma flagrante de estereotipo y racismo”.
Esta historia contaminada respecto de la utilización de la biología para explicar el comportamiento criminal ha llevado a los criminólogos a rechazar o ignorar la genética y concentrarse en causas sociales: pobreza, adicciones corrosivas, armas. Ahora que ya se llevó a cabo la secuenciación del genoma humano y científicos de todo el mundo realizan estudios genéticos en áreas tan variadas como el alcoholismo y la afiliación a partidos políticos, los criminólogos vuelven con cautela al tema. Un pequeño grupo de especialistas está analizando de qué manera los genes podrían elevar el riesgo de cometer un crimen y si dicho rasgo o disposición criminal puede heredarse.

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